Me encontré en el Diario de Yucatán una liga de un sumario de Yucatecos en México. Obviamente me metí de volada a Nuevo León para ver si conocía a alguno de los que andan por aquí, pero no.
De cualquier forma me llamó la atención y me recordó la naturaleza arraigada que tenemos los yucatecos. Nos podemos pasar la vida rodando por el mundo pero siempre tenemos nuestra tierra en la cabeza. En todas las conversaciónes no falta el clásico en mi tierra esto y en mi tierra aquello.
Esta de risa confirmar que, aunque todos extrañamos a la tierra, las entradas de usuarios que tienen comentarios coinciden en que ¡cómo extrañan la comida!
Por eso cada vez que voy a mi tierra de visita, no dejo de desayunar la torta de cochinita o lechón; o mejor, una y una para no dejar. Panuchos todos y si se puede salbutes, de relleno negro si se puede, y una cenita de tamales y un caldo de pavo para empezar. ¡Cómo no vamos a extrañar la comida!
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