Estos tiempos apocalípticos mexicanos trajeron una nueva sorpresa que dejó de serlo al venirse anunciando desde que se decidía en Yucatán quién sería el candidato por el PAN al gobierno. No sabría decir si la mejor opción era Ana Rosa Payán, pero sí me llama la atención que se postule por otro partido.
Lo gracioso es que el partido por el que se postula recién nació después del lío que se armó luego de la complicadísima elección del año pasado. ¿Se vale cambiar de partido? ¿Que un partido no es una ideología y se milita en él porque se comulga con sus principios?
No puedo decir si ella era la mejor opción, repito. Pero creo que una persona que esta dispuesta a postularse por cualquier partido con tal de competir por el poder no merece ningún voto. Renunciar a su partido por no estar de acuerdo con la manera de elegir al candidato e incluso denunciar públicamente los malos manejos fue excelente. Estaría dispuesto a comprar su argumento heróico de renunciar por cuestión de principios. Pero postularse por otro partido y especialmente por uno radicalmente opuesto a los ideales de los azules no lo compro.
Me pregunto si la señora se dará cuenta que lo que está haciendo es llevarse a sus simpatizantes - los que todavía creen en ella - a un partido que lo único que está buscando es una oportunidad para ganar otro estado, de esos, del grupo de los pobres.
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1 comentario:
Eso nos demuestra una vez más que van por $$$$ y no por la gente
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